La comunidad del corregimiento de Salaminita- Magdalena, cumple más de 4 años exigiendo el derecho al mínimo vital de agua para los pobladores que deben desplazarse a unos 500 – 600 metros del caserío y abastecerse del agua de un Jagüey no apta para el consumo, su color es turbio, los animales hacen sus necesidades alrededor, se sacian de la misma fuente y permanece estancada.
Gran porcentaje de los pobladores de Salaminita son adultos mayores, deben llenar la pimpina y cargarla en el hombro de este predio privado y ajeno que es el Jagüey.
Lastimosamente, las soluciones han sido pañitos de agua tibia, hay momentos que la comunidad se solventa en temporada de invierno al recolectar el agua lluvia para su consumo, pero en temporada de verano es cuando la problemática denota, “desde hace años hemos venido haciendo presión, cerrando vías, visibilizando el lado de Salaminita; hay una sentencia en el centro poblado y centro rural al ser población víctima de violencia, pero no han podido lograr nada”, asegura la lideresa Leza Daza
El carrotanque es una de las soluciones momentáneas porque los ente gubernamentales y departamentales no han hecho frente, sin embargo, están al tanto de la situación, “aproximadamente a unos 800 metros del pueblo en dirección contraria donde hay un pozo artesanal que la comunidad construyó hace más de 30 años, con el desplazamiento quedó abandonado y hay que hacer un procedimiento de tubería para poder jalar el agua”, sostiene la líder Daza, la alternativa es un pozo adicional para abastecer a todo el pueblo. Continúa la lucha para que el Gobierno Nacional y del Magdalena, intervengan.