Un caso curioso se vio en una de las tribunas del estadio Sierra Nevada de Santa Marta durante el partido de vuelta por la Copa Colombia entre Unión Magdalena y Junior, donde hubo pasión entre los 22 jugadores y quienes integraron las tribunas y barras.
Conocidas las restricciones interpuestas por la Junta Directiva del Unión Magdalena, el único instrumento autorizado para acompañar la fiesta, fue la sirena de José de los Santos Araiza Vásquez, conocido cariñosamente como “Balín”. Este hombre con su afro canoso, aportó ánimo y fuerza a la afición bananera, pero como siempre no todo es “color de rosas”, ya que ocurrió un incidente triste que tuvo que ver con su presencia en la tribuna.
Mientras se disputaba el clásico costeño, los asistentes animaban a todo pulmón al Ciclón Bananero. La sirena de “Balín” sonaba una y otra vez, hasta el punto de que un aficionado del equipo local se levantó de la grada para reclamar por el ruido, gesto que no fue compartido por el resto de la hinchada bananera que terminó chiflándolo.
A diferencia del hombre que se disgustó por el sonido de la sirena de “Balín”, muchos aficionados buscan ubicarse al lado de este personaje icónico de melena color ceniza para disfrutar de su particular forma de alentar al onceno samario y para tomarse la respectiva foto con él.
Desde que la sirena se activó en el Estadio Eduardo Santos y luego se trasladó al Sierra Nevada, este ha sido el primer incidente que altera a un aficionado. El clásico se lo llevó Junior de Barranquilla, quien forzó el encuentro hasta el cobro de penales. Acertando la serie, clasificó a la final de la Copa Colombia