La Diócesis de Santa Marta, con el liderazgo del Secretariado de Pastoral Social, enfrenta a una de las situaciones más tristes y complejas que agobian a la ciudad y al Magdalena: el hambre.
En la inauguración del Banco Diocesano de Alimentos, quedó claro, según indicadores y estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que el Magdalena es el cuarto departamento con mayor pobreza, lo cual trae consigo hambre y desnutrición en los niños. Esto deja secuelas de por vida, según Juan Carlos Buitrago, Director Ejecutivo de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO).
Tristemente el país y el departamento tienen faltas de garantías en la alimentación, ya que “un menor y un adulto en promedio se gasta $ 400.000 mil en un mercado mensualmente”, aseguró Juan Carlos, concluyendo que, muchos no cuentan con los recursos para sustentar la canasta familiar.
Por su parte Monseñor José Mario Bacci, agradeció a las entidades benefactoras que mitigan la pobreza y el hambre. También enfatizó sobre el porcentaje de desnutrición que afecta las condiciones físicas de la población. Dijo que, “los voluntarios y donantes, no bajan la guardia y siguen con la grandiosa tarea contra el hambre, incluso contracorriente”.