César y Liliana, llevan quince años de casados. Fueron a misa a la histórica Catedral Basílica de Santa el miércoles de ceniza con sus tres niños. Les impactó la homilía de Monseñor José Mario y la liturgia que dirige el P. Oscar Rendón. Todo les pareció hermoso. Quedaron tan convencidos de la importancia de la conversión, que luego buscaron la confesión, pues quieren vivir la cuaresma, como preparación a la pascua. Se nota que vivieron la celebración.
Les quedó claro, que el Miércoles de Ceniza es el primer momento de la Cuaresma, que son 40 días en los que la Iglesia llama a la conversión, como preparación para la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
Hoy los cristianos confiesan sus pecados, ya que es un día para reconocer la fragilidad, porque “tierra somos y en tierra hemos de convertirnos”. Cuando Monseñor dibujó la cruz de ceniza en la frente de la pareja y de sus hijos, se comprometieron a morir al hombre viejo, para resucitar el sábado de gloria con Cristo. Vale la pena recordar lo que dice el Papa Francisco: “La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (cf. Jn 14,23)”.
Después de la bendición final, salieron de la Catedral, llevaron sus niños al colegio, se dirigieron a sus respectivos sitios de trabajo, y se comprometieron a cumplir las tres prácticas fundamentales de la cuaresma: oración, ayuno y ofrenda. Ellos saben que no será una tarea fácil, pero con la gracia de Dios, lo lograrán, “ya que todo lo pueden en Cristo que los fortalece” (Filipenses 4, 13).