El populoso barrio Pescaito, conocido por sus festejos, conciertos y por la cancha de fútbol La Castellana, donde el Pibe aprendió a hacer gambetas, tuvo un evento el pasado sábado, que causó inconformismo en sus moradores. Dicho suceso trasnochó a más de uno, puso a trinar las tapas viejas de las tinajas y a usar algodones en los oídos de quienes se cansaron de escuchar champetas, reguetón y salsa de la buena.
Se trata de una competencia de pick-up/turbo, donde hubo pruebas de sonido desde el viernes 26 agosto, en La Castellana, intranquilizando a los vecinos de las casas cercanas a este escenario deportivo, “espacio que no está adecuado para estas actividades”, manifiesta Wilson Alvarado, líder comunal y deportivo.
Según esto, la paz y la calma fueron interrumpidas por el alto volumen que generan los turbos y vibraciones en las infraestructuras.
Hasta el momento algunos habitantes creen que los organizadores están autorizados con un permiso del Distrito, sin embargo, “desconocemos las caras de los representantes de este evento”, asegura la habitante Idania Ruiz.
Desde el viernes y el sábado en la madrugada, no fueron dos, tres, cinco, ni siquiera siete, fueron los diez equipos compitiendo sin consideración con los niños, adultos mayores y padres de familia trasnochados por el ruido. El único momento en el cual bajaron el volumen, fue durante la misa presidida por el Padre Misael Díaz Gómez de la parroquia nuestra señora del Carmen.