Cada calle de Santa Marta cuenta una historia. Los trabajadores ambulantes, también. Artemis Barrios decidió montar su puesto de buñuelos en la calle 22 entre carrera 4 y 5, hoy 30 años después sus hijos y sobrinos continúan con esta labor que se ha vuelto un legado familiar y desean continuar trabajando en este puesto que les ha permitido obtener una casa (que aún están pagando), educar a los hijos y sustentar otros gastos. Aunque Artemis ya no está trabajando por su edad, sus hijos Jaime y Adriana junto con Eslendy, prima de ellos; y otros más de esta gran familia, desean seguir con este legado. Ahora, también venden deditos para ofrecerle otra opción a sus clientes.
Eslendy, con el emprendimiento de su tía exalta dos valores importes: el trabajo y la unión familiar e invita a permanecer juntos a pesar a de las dificultades que se puedan presentar. Una historia de vida que inspira a trabajar por los sueños y a perseverar en lo que emprendemos en la vida.