En menos de 10 días el área metropolitana de Barranquilla ha sido atropellada de la ola violenta que vive Colombia. Son tres, los conductores de buses urbanos que entre el 23 y el 31 de julio han perdido la vida por esta causa.
El 1 de agosto Barranquilla y su área metropolitana amanecieron convulsionadas por falta de garantías para proteger la vida de los conductores de buses y por ello decidieron no salir de la nevada, ocasionando un gran caos en la ciudad; aunque al medio día pocas rutas con algo de temor decidieron lanzarse a las calles a presar el servicio, fueron muchos los trabajadores que no alcanzaron a llegar a su destino. Pacientes y médicos faltaron a las citas programadas.
En el Paseo Bolívar, aunque casi todos los locales lograron abrir, han sido pocas las personas que se han acercado a comprar y la Terminal suspendió por varias horas el despacho de buses intermunicipales y departamentales.
Pese a que hasta la fecha las autoridades han capturado tres personas, incluyendo un menor de 16 años que según versiones, fue entregado a la justicia por sus familiares y ya se encuentra a disposición del Centro Especializado para Adolescentes (Cespa) para el restablecimiento de sus derechos y proceso de judicialización. Bautista Sofía Suárez González y Serfry Stiven Velásquez Gutiérrez según la policía fueron capturados por presuntamente haber facilitado el almacenamiento de elementos utilizados para la comisión del hecho delictivo.
Ante esta situación las autoridades levantaron el pico y placa para taxis con el ánimo de descongestionar el tráfico. Frente a esto, el Coronel Óscar Daza, comandante operativo de la Policía Metropolitana, sostuvo que se mantiene la recompensa de 20 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los responsables.
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