Una señora con una sombrilla en el Camellón de la Bahía, terminó al frente del Centro San Juan de Dios; un hombre en la Avenida El libertador, cayó al suelo; unos árboles en Pescaito fueron derribados desde sus raíces. Esto y mucho más, no es precisamente porque alguien los haya empujado, sino por las fuertes brisas de Santa Marta en estos días de febrero.
Usualmente “la loca”, como llaman a la brisa, aparecía en diciembre, pero ahora en febrero se pasea con ímpetu por las calles samarias y ante ella, incluso hay hasta que pedirle permiso para colgar la ropa o sembrar matas en el jardín, ya que no sólo refresca el ambiente, sino que, también hace estragos en todos los rincones de la ciudad.
Frente a esta situación, la Dirección General Marítima aún mantiene la medida de restricción en el departamento del Magdalena y región Caribe.
La interacción entre un sistema de alta presión en el este de los Estados Unidos con un sistema de baja presión en el centro del Litoral Caribe colombiano, ha generado vientos alisios de 20 a 30 nudos y una altura entre 2.0 y 3.9 metros.