Algunos dicen que la Iglesia sólo trabaja con ricos. Se quejan por sus colegios estrato alto, parroquias con señoras peliteñidas y parqueaderos repletos de carros de última gama, reuniones con empresarios, bibliotecas a todo dar, peregrinaciones a tierra santa y tal. En realidad, falta otra versión: la Iglesia comprometida con los pobres.
Hay muchos obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos comprometidos con los necesitados a través de los medios de comunicación, colegios, universidades, orfanatos, ancianatos, barrios pobres donde no llega el gobierno ni las instituciones. Ellos en silencio dejaron fortunas, familias y proyectos personales para servir a los hermanos. Miles reparten comida en noches frías, prestan sus oídos para escuchar al abatido y ceden sus hombros para que el desconsolado llore. Es innegable reconocer a la Iglesia que camina con los pobres.

A propósito, con la frase bíblica «a los pobres los tendrán siempre con ustedes» (Mc 14), el Papa Francisco invita hoy 14 de noviembre a la V Jornada Mundial de los Pobres, que busca ofrecer y mostrar la caridad y solidaridad con los más necesitados. La idea es mirar a Jesús, para conocer la situación que viven los pobres. Por eso, compartir es la mejor forma de agradecer. Francisco también hizo referencia a la violencia hacia la mujer, porque esta violencia en cualquiera de sus expresiones, también es pobreza.