Luz verde y parte de tranquilidad para el barrio Galicia, su Junta de Acción Comunal en ánimo de propiciar un entorno seguro para la comunidad, le abrió las puertas a una empresa de seguridad para rondar las calles del barrio; esta es una de las estrategias de la JAC para mitigar el flagelo de delincuencia que quiere apoderarse del barrio intimidando a los habitantes a cualquier hora, llegando al extremo de no respetar los espacios de recreación y deporte de los niños, “entrenadores han sido víctimas de hurtos mientras practican con los niños” dijo Sugey Noya, presidenta de la JAC.
La vigilancia comunitaria es una innovación para los moradores en todos los aspectos, ya que se movilizan en carro con sirena y moto; están legalmente constituidos, ofreciendo un amplio brochure para los habitantes y un precio mensual moderado que se ajusta al bolsillo.
La Junta de Acción Comunal, unida a la vigilancia siguen trabajando en la educación a los moradores para que esta nueva modalidad entregue las garantías esperadas, y que se motiven a pagar el recurso acordado. Es un arduo trabajo y algunos se muestran reacios.
Es importante que la comunidad acepte contar con un cuadrante y en lo posible involucrase en los trabajos sociales y comunitarios diseñados para combatir la inseguridad; así como lo hace la familia Palacio Cantillo, nuevos residentes que se han involucrado en procurar preservar la calle cerca a la 14B que tiene un foco de contaminación ambiental debido que esa calle esta destapada, convirtiéndose en un basurero gestado por los propios moradores. Esta conducta atenta contra el bienestar de los vecinos y facilita el libre transito de los delincuentes.
Se espera que toda la comunidad de Galicia se familiarice con la vigilancia comunitaria y que los índices de hurtos disminuyan, ya que esta zona esta rodeada de sectores comúnmente conocidos como “pesaditos”.