“No hay cosa más bonita que sentirse uno con fe y tener devoción por cualquier cosa en la vida porque desde muy niño me he podido convence que la Virgen del Carmen es mi santa preferida”, se escucha el 16 de julio en casa de pobres y ricos, en cantinas, atrios de los templos y en el corazón de los oyentes de Voces 89.4 F.M.
Tengamos en cuenta que, la historia de la Virgen del Carmen nace con el profeta Elías, en el Antiguo Testamento, pues dice el primer libro de Reyes 18, 44) «cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano». Así inicia esta experiencia espiritual con María, que nos lleva a Jesús, maestro de oración.
El Monte Carmelo –ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado; allí vivieron ermitaños, dedicados a la oración, luego fueron llamados carmelitas.
De esta forma, la fiesta de la Virgen del Carmen, es un momento especial de fe que nos invita a la oración, porque el Monte Carmelo es el lugar donde el profeta Elías subía a orar, precisamente allí apareció la Virgen al general Simón, y de esta forma estamos llamados a crecer en el diálogo con Dios.