«Quien bien empieza, bien termina». Iniciemos entonces de la mejor manera esta nueva semana. Nada de dejarte tentar por la pereza, la desesperanza y la falta de autenticidad.
Si empiezas esta nueva semana pensando que tienes demasiado trabajo, que no eres capaz de sacar tus labores adelante y que nada será posible, lo más seguro es que el viernes o el sábado estés aburrido (a) con los brazos abajo y un cansancio terrible.
¡Al contrario! Organiza tus tareas hoy, toma papel y lápiz. Escribe lo que debes hacer hoy, mañana, el miércoles el jueves y así sucesivamente. Ora, planea, ejecuta, evalúa y siente que Dios es tu compañero de camino.