Todas las parroquias estuvieron en sintonía para rezar los “Mil Jesús” el 3 de mayo. Ese día se celebra litúrgicamente la Exaltación de la santa cruz. Fue una celebración coronada de fe y marcada por la necesidad de orar por la paz y la reconciliación en el país, así lo pidió el Episcopado de Colombia.
Paz y reconciliación es lo que necesitamos en el país. Ciertamente es importante deponer los odios y la guerra, para que reine el amor; pero la superación de la violencia empieza con el compromiso de la oración, porque si todos clamamos al Dios de la paz, Él nos concede la capacidad de ser instrumentos de su gracia para ser artesanos de una sociedad alejada de toda perturbación y desesperanza.
La idea es que sigamos diciendo: “te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, que, por tu Santa Cruz, redimiste al mundo. Jesús, Jesús, Jesucristo. Jesús, mi Jesús por siempre. Jesús, Jesús en mi vida, Jesús, Jesús en mi muerte. Dulce Jesús, sé mi Jesús y sálvanos”.