La Catedral Basílica del Sagrario y San Miguel de Santa Marta con su imponente estilo renacentista situado en el centro histórico, se distingue por ser acogedora. Ya en el siglo XIX recibió durante 12 años los restos mortales de Simón Bolívar, y el sábado 25 de noviembre acogió a 700 pobres que recibieron almuerzos.
Los samarios recibieron alegres esta expresión de caridad, que va en consonancia con el pastoreo del papa Francisco, basada en San Mateo 25, 31-46: “porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”.
¿Es primera vez que esto se hace en una Catedral? ¡No! En la Basílica de Santa María in Trastevere en Roma, ya ha sucedido; y se espera seguir haciéndolo, de manera que los pobres y necesitados sigan teniendo un espacio privilegiado en la Iglesia samaria.