En cada tienda de Santa Marta nace una historia contada por los clientes, pues estos establecimientos comerciales ubicados en los barrios, abastecen a la comunidad y son espacio de diálogo y debates pacíficos entre ciudadanos que expresan el acontecer del sector donde habitan, reflejando una integración de carácter comunitario.
Los servicios públicos domiciliarios, las garantías de seguridad y la conmemoración de los 500 años de fundación hispánica de la ciudad, son el top 3 de los temas en estos espacios participativos. Algunas personas tienen horario para ir diariamente a la tienda a adquirir víveres, por supuesto coinciden en el mismo lugar con ese vecino de confianza y se ponen al día con los sucesos más importantes.
Mientras una señora compara marcas, precios y hace compras, otra espera el vuelto. En la esquina de la tienda bajo la sombra de la carpa están reunidos los que han sido atendidos, unos hablan con tono muy alto, otros prefieren hacerlo en tono muy bajo casi que, en susurro misteriosamente y el resto se ríe; ya sea porque están de acuerdo con la temática o simplemente lo hacen sarcásticamente.
Entonces, se trata, de un aporte colectivo para la construcción del tejido social que se ha venido degradando por unas situaciones y problemáticas complejas; que impactan en la calidad de vida tanto de propios como visitantes.
Si dejamos de arrojar basuras a los ríos o calles, contribuimos a la conservación del medio ambiente; si cuidamos los bienes públicos, patrimoniales y escenarios deportivos practicamos conductas apropiadas como ciudadanos formados en el cuidado de la casa común.